Por Juan Antonio Sanz
Washington prioriza a Moscú en su plan de paz, cierra a Kiev las puertas de la OTAN, admite sus pérdidas territoriales y relega a la UE a pagar la factura de la guerra.
Finalmente Donald Trump movió ficha para acabar con la guerra de Ucrania. No en 24 horas como había prometido antes de convertirse en presidente de Estados Unidos, pero sí menos de un mes después de jurar su cargo y a pocos días de que se cumplan tres años del comienzo de la invasión rusa. Su golpe de mano obliga a Ucrania a claudicar, favorece claramente a Rusia, que conserva sus conquistas, y reduce el papel de Europa al de mera comparsa del proceso de paz.
Läs hela artikeln El plan de paz de Trump favorece a Rusia, acorrala a Ucrania y humilla a Europa.